Cuando se habla de la inocuidad de los alimentos, se refiere a la garantía de que los alimentos son seguros para su consumo y la salud humana. La inocuidad indica que están libres de contaminantes físicos, químicos y biológicos, que podrían causar enfermedades o daños al consumidor.
Esta circunstancia abarca todas las etapas de la cadena alimentaria, desde la producción, el procesamiento, la manipulación y el almacenamiento, hasta la preparación y el consumo final.
Los alimentos deben estar libres de bacterias patógenas, virus, parásitos, toxinas y contaminantes químicos que puedan dañar la salud de los consumidores. La aplicación de buenas prácticas durante el manejo y procesamiento de alimentos reduce los riesgos de contaminación.
Es fundamental que los consumidores conozcan las prácticas seguras de almacenamiento y preparación de alimentos en el hogar.
La inocuidad de los alimentos es crucial para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos y garantizar que los productos consumidos no representan ningún riesgo para la salud (JG/ea).