Conocida como cunicultura, la crianza de conejos para obtener beneficios de su carne y productos, es una práctica común en nuestro país, pero es importante conocer aspectos claves de uno de los procesos más importantes: la reproducción.
Son tres los pasos significativos que se deben seguir. El primero, contar con registros y la instalación de nidos, los cuales deben tener un tamaño aproximado de 50 x 30 centímetros, a una altura del suelo de 10 centímetros.
Las jaulas pueden hacerse con madera y mallas, o pueden adquirirse de acero inoxidable. Otras opciones pueden ser materiales alternativos como bambú, palo royizo y lepa.
Como parte del control que se debe llevar, es necesario apuntar el día de la monta y así estimar la fecha posible parto, la cual aproximadamente es 30 días después de la monta.
El día del parto debe anotarse en el pizarrón de registros el número de gazapos nacidos junto al número de fallecidos. Los conejos se destetan al mes o dos meses de edad.
Luego de destetados se coloca a cada cría en jaulas separadas y clasificarlos según el sexo del animal. La hembra debe tener un descanso de 15 días para su recuperación, antes de una nueva monta.
Los conejos se consumen a las 12 semanas de edad, cuando tienen un peso que va de entre de 4,5 a 5 kilogramos. Otros subproductos que se pueden aprovechar son el pelo, cuero y patas.