La plantación de café implica un proceso complejo que comienza con la selección de semillas de alta calidad. Estas se siembran en viveros, para luego ser trasplantadas a los campos cuando alcanzan el tamaño adecuado. Las plantas de café necesitan condiciones específicas para crecer, como suelos ricos y bien drenados, temperaturas moderadas y altitudes elevadas.
Una vez que maduran, tardan entre tres y cuatro años para producir frutos, llamados cerezas de café. Estas se cosechan a mano o con maquinaria, dependiendo del terreno y la calidad deseada. Tras la recolección, los granos son separados de la pulpa, secados y procesados antes de ser clasificados para la venta. La calidad del café depende en gran medida de los métodos de cultivo, la altitud y las técnicas.