El cultivo del pepino es bastante popular y sencillo, tanto en huertos caseros como a nivel comercial. Existen varias variedades, como el pepino corto, pepino largo, pepino encurtido (pickling) y pepino persa. Escoge la variedad que prefieras según tus necesidades y el clima de tu región.
Es una planta de clima cálido que crece mejor a temperaturas entre los veinte y treinta grados centígrados. Necesita al menos, de seis a ocho horas de luz solar directa. El terreno que le favorece es el ligero y bien drenado, con un pH entre seis y siete, ligeramente ácido a neutro. Requiere riego regular, ya que necesita mucha agua para desarrollarse, pero es importante evitar el encharcamiento.
Se puede optar por sembrar directamente en el suelo o comenzar con plántulas en semilleros y trasplantarlas después. La forma correcta de colocar las semillas es a una profundidad de dos a tres centímetros, dejando un espacio entre treinta y cincuenta centímetros entre plantas y un metro entre hileras.
Los pepinos están listos para cosechar entre los cincuenta y setenta días después de la siembra, dependiendo de la variedad. Se cosechan cuando estén firmes y alcanzan el tamaño adecuado para su variedad. Si se dejan demasiado tiempo, pueden volverse amarillos y amargos (JG/ea).
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