Las acequias son canales de riego artificiales, utilizados tradicionalmente en la agricultura para distribuir agua desde fuentes naturales como ríos, arroyos o embalses, hasta los campos de cultivo. Son una herramienta clave para la agricultura sostenible.
Este sistema ha sido empleado desde la antigüedad y aún es muy relevante, especialmente en regiones áridas o semiáridas, en la cuales el acceso al agua es limitado. El término proviene del árabe «as-sāqiya», que significa (lo que da de beber) o (canal de riego). Las acequias pueden ser de tierra o piedra, así como de materiales modernos como el concreto o el PVC.
Su principal función es transportar agua a las zonas de cultivo de manera controlada y eficiente, lo cual ayuda a maximizar el uso del recurso disponible. Además, evitan la erosión del suelo al distribuir el agua de manera uniforme
Existen diferentes tipos según su función y construcción:
Acequias principales: canales grandes que transportan agua desde la fuente hasta las áreas de distribución. Generalmente construidas con concreto o materiales duraderos.
Acequias secundarias. se derivan de la acequia principal y llevan el agua directamente a las parcelas, suelen ser de menor tamaño y pueden ser de tierra compactada.
Acequias de infiltración: permiten que el agua se infiltre lentamente en el suelo, recargando los acuíferos y beneficiando el nivel freático.
Acequias tradicionales o de tierra: construidas simplemente con tierra y piedras, utilizadas en sistemas de riego antiguos, más económicas, pero con mayor riesgo de pérdida de agua por filtración (JG/ea).
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