Un árbol de tierra cálida que da frutos refrescantes

Una práctica común en Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, son los pilones de hortalizas, utilizados para producir plántulas destinadas al trasplante en huertos. Estos pilones se elaboran en pequeñas áreas preparadas con suelo fértil, mezclado con materia orgánica y a veces fertilizantes, para garantizar un buen desarrollo inicial de las plantas.

Este método permite a los agricultores optimizar recursos y asegurar la calidad de las plantas antes de su trasplante definitivo al campo o al huerto. La técnica es fundamental en el cultivo de hortalizas como tomate, chile, cebolla y repollo, muy importantes en la dieta guatemalteca.

Además, utilizarlos fomenta la sostenibilidad al mejorar el rendimiento agrícola, se reduce el uso de semillas y facilita el manejo de las plántulas en sus primeras etapas de vida. En muchas comunidades, los pilones también son un espacio de aprendizaje, donde las familias comparten conocimientos y prácticas tradicionales para mejorar la seguridad alimentaria y generar ingresos (JB/ea).



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19 diciembre, 2024