El amaranto amarillo es una planta ancestral en Guatemala, reconocida por su alto valor nutricional y su versatilidad en la alimentación. Originario de Mesoamérica, el amaranto se cultiva en diversas regiones del país gracias a su adaptabilidad a diferentes condiciones climáticas.
Esta planta es una fuente importante de proteínas, aminoácidos esenciales, minerales como el calcio y el hierro, y vitaminas. Además, su cultivo sostenible contribuye a la seguridad alimentaria y al desarrollo de la agricultura familiar, promoviendo la diversificación de cultivos en comunidades rurales.
Ha cobrado relevancia en los programas de nutrición, especialmente en áreas vulnerables. Su uso en la producción de harinas, cereales y productos horneados, lo hace parte de la dieta diaria de muchas familias.
Además de sus propiedades medicinales, el amaranto es apreciado por su capacidad de resistencia a condiciones adversas, lo que lo convierte en un cultivo valioso en la región (JB/ea).
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