Conozca acerca de la fitozoogenética y la germoplasma

El uso de la tecnología, específicamente en el contexto de la biotecnología y la mejora genética, son prácticas que utilizan principios científicos y técnicas avanzadas para la mejora de cultivos y animales, conservación de recursos energéticos y la sostenibilidad agrícola. En ese marco la fitozoogenética y el germoplasma son herramientas esenciales para la innovación agrícola y el desarrollo de sistemas de cultivo más resilientes y sostenibles.

La fitozoogenética es la rama de la biología que estudia la mejora de plantas y animales a través de la genética. Su objetivo principal es conservar, mejorar y utilizar esta diversidad genética de manera sostenible para preservar las especies, vegetales y animales, así como optimizar determinadas características como la resistencia a enfermedades, el rendimiento y la adaptación a condiciones ambientales.


En plantas, se enfoca en cultivos como arroz, trigo y maíz, buscando mejorar su rendimiento, resistencia y adaptabilidad. En animales, se trabaja con razas bovinas, ovinas y avícolas, desarrollando características como mayor producción de carne o leche y resistencia a enfermedades.

El germoplasma estudia el material genético heredable presente en células reproductivas de plantas y animales. Este término se usa especialmente para referirse a las semillas, tejidos, embriones, polen o cualquier material biológico que puede ser usado para la reproducción y conservación de especies.

En la agricultura, el germoplasma es crucial para la selección de variedades y la creación de nuevas cepas, mediante técnicas de cruzamiento y biotecnología. La conservación de germoplasma asegura la disponibilidad de diversidad genética, lo que es fundamental para enfrentar desafíos como el cambio climático y la aparición de nuevas plagas y enfermedades.

La fitozoogenética utiliza el germoplasma como base para sus estudios y aplicaciones. A través del germoplasma, se asegura la disponibilidad de material genético para:

• Estudios evolutivos y de diversidad genética.
• Mejoramiento genético para adaptarse a cambios climáticos o necesidades humanas.
• Conservación de especies y variedades tradicionales, esenciales para la biodiversidad global.

Estas prácticas y estudios son fundamentales para la agricultura, la ganadería y la sostenibilidad ambiental. Su adecuada gestión y conservación garantizan la diversidad biológica y la seguridad alimentaria, además de permitir la innovación en los sistemas agrícolas y ganaderos (JG/ea).

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13 enero, 2025