La pacaya es una planta nativa del sur de México hasta Colombia, la cual pertenece a la familia de las palmas. En Guatemala se le encuentra en los bosques mixtos, a una altitud de 500 a 1600 metros sobre el nivel del mar. Se cultiva principalmente en las regiones bajas y cálidas del país.
Debido a su preferencia por suelos ricos en minerales, se desarrollan plantaciones en áreas cercanas a volcanes. El cultivo de pacaya tiene una larga tradición en Guatemala y se considera una fuente importante de ingresos para muchas familias rurales.
La producción de pacaya requiere cuidados específicos, como la poda regular de las palmas y el manejo adecuado del riego, especialmente en la temporada seca. Aunque el cultivo enfrenta desafíos, como las fluctuaciones en la demanda y las plagas, el interés por la pacaya ha crecido en los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional.
Sembrar papaya contribuye a la biodiversidad local y al mantenimiento de los ecosistemas forestales, siendo una actividad sostenible en muchas comunidades (JB/ea).