La Casa Maya tradicional no solo es una vivienda, es un elemento central de la organización social y agrícola. Su diseño está intrínsecamente relacionado con las actividades agrícolas, ya que las comunidades mayas integran la vivienda con las prácticas agrícolas y el aprovechamiento sostenible del entorno.
La casa maya se construye cerca de los cultivos (milpas) y otras áreas agrícolas, para facilitar el acceso y manejo de las siembras, Está rodeada de un huerto familiar, donde se cultivan plantas para el autoconsumo, como maíz, frijol, chile, calabaza, yuca y plantas medicinales.
Construida con madera, bambú, palmas y otros materiales locales, la casa es sostenible y tiene un bajo impacto ambiental, estos materiales son ideales para integrarse con el entorno agrícola, ya que favorecen la conservación de recursos.
Su estructura es de forma rectangular, común en las casas mayas tradicionales, lo cual facilita la resistencia al viento y optimiza el espacio. El techo de palma protege contra la lluvia y mantiene una temperatura fresca, creando un ambiente ideal para almacenar semillas, herramientas agrícolas o alimentos.
Piso de tierra compactada: El piso permite el manejo fácil de residuos orgánicos y el aprovechamiento del agua de lluvia que puede filtrarse hacia el huerto.
Esta es una forma con la cual las comunidades aprovechan su entorno de manera sostenible y garantizan su seguridad alimentaria. El modelo refleja una integración armónica entre la vida cotidiana y las prácticas agrícolas, ejemplo de sostenibilidad y adaptación cultural al medio ambiente (JG/ea).