La viticultura se refiere al estudio y al cultivo de la uva, ya sea para la producción de vino o para su consumo crudo (uva de mesa). La viticultura incluye todos los estudios agrícolas, esfuerzos y acciones de cultivo de las uvas hasta el día de la vendimia, el día de la recolección de la cosecha.
Estos cultivos prosperan en climas templados, con veranos cálidos e inviernos moderados. Las heladas intensas pueden dañar las plantas y los suelos deben tener un buen drenaje. Antes de plantar se remueven piedras, malezas y se mejora la calidad del terreno con materia orgánica o compost.
Existen muchas variedades de uva, divididas en categorías como uva de mesa, uva para vino y uva para pasas. La elección dependerá del propósito final del cultivo y de las condiciones climáticas de la zona.
Generalmente se planta en invierno o a inicios de primavera, se dejan entre 1.5 a 3 metros entre plantas y entre 2 a 3 metros entre hileras, dependiendo de la variedad y el sistema de cultivo. Las vides jóvenes pueden plantarse como estacas (ramas jóvenes) o mediante plantas injertadas.
Las vides requieren podas anuales para estimular el crecimiento de las ramas productivas y asegurar una buena circulación de aire y luz solar, se utilizan soportes como estacas o alambres para guiar el crecimiento y sostener las ramas, relativamente resistentes a la sequía, pero el riego regular es importante, especialmente en períodos de desarrollo, preferible si es por goteo.
La época de cosecha depende del tipo de uva y del clima, pero generalmente ocurre entre finales del verano y principios de otoño. Las uvas para vino se cosechan cuando alcanzan un nivel óptimo de azúcar, mientras que las uvas de mesa se cosechan cuando están maduras para el consumo.
Las uvas de mesa se almacenan en condiciones de refrigeración para preservar su frescura. Las uvas para vino se procesan rápidamente para evitar la fermentación prematura (JG/ea).