El cultivo de la sandía es una actividad agrícola significativa, especialmente en las regiones cálidas como la costa sur, ya que las condiciones climáticas son ideales para su producción. La sandía es altamente valorada tanto para el consumo interno como para la exportación. Este cultivo requiere de suelos bien drenados, temperaturas elevadas y una adecuada disponibilidad de agua, factores que contribuyen al desarrollo de frutos de alta calidad.
Los productores guatemaltecos emplean prácticas modernas para optimizar la producción, como el uso de sistemas de riego por goteo y técnicas de manejo integrado de plagas. Además, el sector adoptó estándares internacionales para garantizar la seguridad alimentaria, lo que fortalece su competitividad en el mercado global.
A pesar de los desafíos como las plagas, la variabilidad climática y los costos de producción, la sandía sigue siendo una fuente importante de ingresos y empleo para muchas comunidades agrícolas del país (JB/ea).