El uso adecuado de la tierra en la agricultura es esencial para maximizar la productividad, garantizar la sostenibilidad a largo plazo y proteger el medio ambiente. Algunas prácticas claves para lograrlo son:
Rotación de cultivos: Mejora la fertilidad del suelo, reduce el agotamiento de nutrientes, interrumpe el ciclo de plagas y enfermedades, así como puede aumentar la biodiversidad en el ecosistema agrícola.
Siembra directa, Consiste en sembrar sin remover la tierra, minimizando la labranza o arado. Los residuos de cultivos anteriores se dejan en el campo para proteger el suelo y proporcionar nutrientes
Terrazas en áreas inclinadas: Esta técnica consiste en la creación de terrazas o escalones en terrenos con pendiente, con lo cual se reduce la erosión, el escurrimiento de agua y mejora la fertilidad del suelo.
Control de la erosión: Para ello se colocan barreras vivas o muertas (setos, cortinas rompevientos) o se implementan técnicas como las franjas de vegetación.
El uso adecuado de la tierra en la agricultura implica una combinación de prácticas que conservan y mejoran los recursos naturales, reducen el impacto ambiental y aseguran una producción agrícola sostenible. Su enfoque debe estar orientado a preservar la salud del suelo, optimizar los recursos y proteger el ecosistema.
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Entre los proyectos están construcción de gallineros, huertos familiares, brechas, plantación de árboles forestales, barreras vivas, limpieza de reservorios, presas, lagunetas, canales y lagos.#MAGASaleAdelante #GuatemalaSaleAdelante pic.twitter.com/UieLsbRrh0
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) October 18, 2024