Aunque muchos solamente la consideran un condimento, la cebolla es un alimento rico en nutrientes y compuestos beneficiosos para la salud. Tiene un alto contenido de vitamina C y antioxidantes como los flavonoides, que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico y a combatir el envejecimiento celular.
También es una fuente importante de fibra, lo que contribuye a una mejor digestión y salud intestinal. Los compuestos de azufre presentes en ella tienen propiedades antibacterianas y antiinflamatorias, ayudando a prevenir infecciones y reducir la inflamación en el cuerpo.
Otro de sus beneficios es su capacidad para mejorar la salud cardiovascular, pues consumir cebolla regularmente, puede ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL (malo) y la presión arterial, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas.
Además, la cebolla contiene compuestos que favorecen la circulación sanguínea y previenen la formación de coágulos, lo que contribuye a una mejor salud vascular. Su inclusión en la dieta diaria, por lo tanto, puede ser un aliado importante para mantener el bienestar general y prevenir diversas enfermedades (JB/ea).