Una actividad clave para la seguridad alimentaria y el desarrollo económico de una comunidad, es la piscicultura, que es la cría, reproducción y cultivo de peces en ambientes controlados como estanques, lagunas, jaulas flotantes o sistemas de recirculación.
Se puede decir que la piscicultura es una rama de la acuicultura, pues la acuicultura hace referencia al cultivo de plantas acuáticas, crustáceos y moluscos (en general todo tipo de flora y fauna acuática). La piscicultura se refiere solo al cultivo de peces.
Existen diversos tipos de piscicultura, entre ellos los siguientes:
• Extensivo: la que se realiza en cuerpos de agua naturales como lagos o estanques con poca intervención humana.
• Semi-intensivo: en esta se combinan estanques controlados con alimentación suplementaria.
• Intensivo: aquí ya se utiliza la tecnología avanzada, sistemas de recirculación y alimentación balanceada para alta producción.
• Acuaponía: es la integración de piscicultura con cultivo de plantas hidropónicas, aprovechando los nutrientes del agua.
En Guatemala una especie que ha fomentado la piscicultura es la tilapia, la cual se cultiva en varios puntos del país, pero especialmente en Petén, Izabal, Zacapa, Alta y Baja Verapaz. En estos lugares se han construido estanques artesanales con geomembrana, un material especial para los estanques que evita la evaporación del agua.
Con el apoyo de los extensionistas del Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA), se logró superar el obstáculo de rocas en terrenos irregulares para construir estanques óptimos y en buenas condiciones para la crianza de peces. Con ello se han beneficiado las familias que son integrantes de los Centros de Aprendizaje Para el Desarrollo Rural (CADER).
Es necesario el monitoreo constante en los proyectos de piscicultura, para verificar la calidad del agua, temperatura, oxígeno disuelto, PH y salinidad. Los niveles deben ser óptimos, según la especie, así como brindarles a los peces una alimentación balanceada para asegurar el crecimiento saludable y el manejo de la densidad poblacional. Hay que evitar la sobrepoblación para prevenir enfermedades.
Uno de beneficios de la piscicultura es que provee una fuente sostenible de proteína, como alternativa a la pesca tradicional, lo cual reduce la presión sobre las especies silvestres. Además, genera empleo y desarrollo económico, lo que beneficia a las comunidades rurales.
La piscicultura es una alternativa sostenible y rentable para la producción de peces, garantizando alimentos de alta calidad. Con un manejo adecuado, es una actividad clave para el desarrollo rural y la seguridad alimentaria (JG/ea).
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