Ante las condiciones climáticas que se registran actualmente, en las que predominan las altas temperaturas, es adecuado que se preste atención a los cultivos y siembras, por lo cual presentamos las siguientes recomendaciones brindadas por la Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgo, de la cartera de Agricultura.
Aproveche los restos de cosecha y espárzalos sobre el terreno, pues ello mejora las condiciones biológicas del suelo, beneficia la retención de humedad, optimiza la infiltración del agua de lluvia al mejorar la textura del suelo y evita la proliferación de malezas no deseadas.
Se puede colocar hojarasca, paja, residuos de zacate o de podas, todo esto debe utilizar como mulch o cobertura orgánica. De esta manera se contribuye a crear un ambiente propicio para el desarrollo saludable de los cultivos, así como la conservación del suelo y agua.
Usar técnicas agrícolas actuales como la labranza mínima, labranza cero o agricultura regenerativa, favorece a los cultivos de cobertura y a la siembra directa. Estos métodos conservan la materia orgánica del suelo, reducen la erosión y promueven la salud del terreno.
Planifique la rotación de cultivos para reducir la presencia de malezas y plagas, al tiempo que se mejora la salud de la tierra, se aumenta la fertilidad a largo plazo.
Implemente estrategias de manejo integrado de plagas, que incluyan el uso de cultivos barrera, insecticidas biológicos, trampas y otras técnicas para conocer y controlar las poblaciones de insectos.
Realice técnicas y sistemas para recolectar y almacenar agua de diversas fuentes, como la lluvia y los ríos, para contar con un suministro adicional de agua para usos agrícolas y, especialmente, durante periodos de sequía o de canículas.
Finalmente, para el control de malezas y eliminarlas de forma directa, se recomienda utilizar herramientas manuales como el machete, las tijeras o la guadaña.