La fumigación y la fertilización son prácticas esenciales para alcanzar cultivos exitosos, ya que de esta manera se protegen las plantas contra plagas y enfermedades, además de garantizar el adecuado suministro de nutrientes para su desarrollo. Su correcta aplicación es clave para mejorar la calidad, el rendimiento y la sostenibilidad de los cultivos.
La fumigación
Este es el proceso que se refiere al empleo de productos químicos o biológicos para controlar plagas y enfermedades que afectan a los cultivos. En hortalizas, estas prácticas son esenciales debido a su susceptibilidad a diversos factores biológicos y su aplicación evita que las plagas y enfermedades se extiendan a otros cultivos.
Las hortalizas son propensas a plagas como pulgones, trips, mosca blanca y orugas, así como enfermedades fúngicas y bacterianas. La fumigación ayuda a prevenir y tratar estas amenazas. Al minimizar los daños causados por plagas, se garantiza un mejor rendimiento, mayor calidad de las hortalizas y menos pérdidas.
En el caso de productos químicos, es recomendable aplicar solo productos autorizados, en las dosis recomendadas, para evitar la acumulación de residuos en los alimentos. Se promueve el uso de bioplaguicidas, de control biológico (depredadores naturales) y trampas, como alternativas sostenibles.
La fertilización
Este proceso es fundamental para proporcionar los nutrientes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas. Las hortalizas tienen una alta demanda de nutrientes, debido a su rápido desarrollo y su producción intensiva. Con nutrientes clave como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y micronutrientes, esenciales para la fotosíntesis, mejora la formación de frutos y el desarrollo de raíces fuertes.
Una fertilización adecuada garantiza una mayor cantidad y calidad de producción, obteniendo hortalizas más grandes, sabrosas y nutritivas, pues evita problemas como hojas amarillentas (por falta de nitrógeno) o frutos pequeños y deformes (por carencias de potasio o calcio).
El uso responsable de fertilizantes orgánicos (compost, estiércol, gallinaza), mejora la estructura del suelo y su capacidad para retener agua y nutrientes. Los químicos como urea, nitrato de potasio, superfosfato, brindan nutrientes de manera rápida y eficiente.
La fumigación y la fertilización son pilares fundamentales para los cultivos, en especial de hortalizas, ya que contribuyen al control de plagas, el desarrollo óptimo de las plantas y a la sostenibilidad de los sistemas agrícolas (JG/ea).
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#Zacapa | En los huertos familiares de San Jorge, se protege el patrimonio alimentario de las y los agricultores con la aplicación de abono orgánico y el monitoreo constante de plagas y enfermedades en las hortalizas. #GuatemalaSaleAdelante pic.twitter.com/i9zPdm02lu
— MAGA Guatemala (@MagaGuatemala) April 1, 2024